capítulo V - poemario de ella

al músico de blues:



soledad sin abrazo
pintura sin trazo
las lágrimas abrazan la muerte
en un único segundo
una luz, una esperanza
corre con el viento sin dirección
una carta, un retrato
en el jardín de las almas robadas
y los ángeles de los infinitos
abstratos de la mente,
acompañan a la luna
mientras llora.


mis labios que extrañan los tuyos
se adormecieron en una canción
nuestro pasado, un retrato
blanco y negro
que se detiene en el tiempo
naked heart
face sin ojos
y mi única compañía es tu ausencia
que sufre con la soledad del anochecer.


me roban el grito
bailaban con mi cuerpo inerte
cortan mis manos, que insisten en
gotear palabras
la angustia hace un dibujo en mi face
conduciéndome a la muerte


por todos los espejos rotos
y todos los instantes que
no se olvidan que
hicieron tatuajes
por todo mi cuerpo
hasta perforar el alma
esta alma ya maldita.

me remuerden los días
de confusión y angustia
la muerte se desnuda
frente a mí
mientras piso los
espejos rotos de todos mis caminos
y rompo toda la poesía
con el horror
de un adiós

me suicido todas la noches
en frente al espejo
rompo los lentes que no tengo
sólo para ver una realidad diferente
los sueños todos distorsionados
a través de mis ojos
en líneas tridimensionales,
hablan por si solos
y el poema muerto
que desnuda las palabras
cubre mis vestidos todos
de rojo sangre
mis arrugas imperceptibles
que gritan en la face


tus cilios en mis labios
el destino marcado en nuestras manos
llenas de migajas de tabaco
tus ojos brillantes de tristeza
al medio del espejo retrovisor
un blues, bessie smith, y billie holiday
y sólo los dos, bailando juntos
olvidando las horas en el punto de ómnibus
mientras yo soplaba un beso en tu oido.


el día gris gritará allá afuera
sostiene nuestros cuerpos
que realizan funciones quimicas y biologicas
mis cilios en tus labios
se pierden en recuerdos no dichos
imagenes no vistas
en dias anestesiados
tus manos en mi sexo
el poema en el cuaderno
con semi declaraciones
y era sólamente un beso
un beso
un corazón


callaría todos mis silencios
haría un ruido con un beso
para despedirme del retrato
blanco y negro
porque al cerrar lo ojos
en noches apagadas
no te veo, no me encuentro
y mis manos hacen sentirme
tetraplégica